El sector fue albergue de muchos de los pampinos que migraron hacia Antofagasta luego del cierre de las salitreras, y se caracterizó por llegar a tener más de 400 olivos plantados por un empecinado agricultor. El título hace referencia a una de las herramientas más icónicas de la época del salitre, el cual fue fundamental para fertilizar estas tierras desérticas y hacer posible la existencia de dichos olivos.